jueves, 31 de octubre de 2013

Vampiros en Polonia

Tumbas vampíricas. No se trata de un relato de terror de Bram Stoker, ni del título de ninguna película de ciencia ficción, o una leyenda urbana que hace furor en internet, sino de un descubrimiento de arqueólogos en Polonia. Y aunque parezca mentira, no es el primer hallazgo de estas características. Y es que durante muchos siglos los vampiros abundaban, o al menos, las creencias y supersticiones hacían creer y temer a las sociedades de la existencia de esos seres y de la necesidad de tomar todo tipo de medidas preventivas durante su entierro.
Los últimos restos de vampiros han sido localizados en la ciudad polaca de Gliwice, durante los trabajos de construcción de una carretera. En concreto, los investigadores han encontrado cuatro esqueletos cuya disposición de los restos óseos coincide con la realizada a personas a las que se acusaba de vampiros durante del final de la Edad Media y hasta hace apenas un siglo. Y es que los cráneos de estos sujetos están colocados entre las piernas, una práctica para evitar que los vampiros resucitasen y se vengaran. Según los historiadores este ritual era habitual en la región en personas calificadas de vampirismo.

El mito del vampiro se introdujo en Europa tras la llegada del cristianismo, sobre todo, en los países del este del viejo continente. Por eso, bajo esa perspectiva religiosa, no es casualidad que la mayor parte de los casos denunciados estaban relacionados con prácticas paganas. Estas personas eran juzgadas y, de ser consideradas culpables, decapitadas. Era entonces cuando comenzaba el ritual de enterramiento para evitar la conversión del muerto en un peligroso vampiro. Una de las técnicas más recurridas era atravesar el corazón con una estaca. Así fue como hallaron hace un año en la ciudad búlgara de Sozopol los restos de dos cuerpos, con una barra de metal clavada en el pecho.
El objetivo era impedir que se transformaran de nuevo en vampiros, como afirmó el director del Instituto Histórico Nacional, Bojidar Dimitrov. Y es que según las creencias populares de la época (los restos de los dos esqueletos fueron datados en el siglo XIII) la estaca que atravesaba el corazón de estos seres permitía mantenerlos sujetos al féretro e impedía que saliesen a vagar por las noches. Estos descubrimientos no son casos aislados. Según los investigadores, se han localizado alrededor de un centenar de esqueletos con este tipo de rituales solamente en Bulgaria. Y es que hubo un tiempo en el que los vampiros eran mucho más que simples personajes de la literatura.

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